Un día me comentaros, tengo un amigo que quiere restaurar una Brío que era de un familiar.
Qué te parece que vayamos a verla? venga, vamos a ver que tal está. Cuando la ví, la cara me cambio de color.
Después de unos minutos de reacción y de respirar profundamente le contesté que la moto tenía mucho trabajo y muchas piezas que cambiar, pero si estaba dispuesto a asumir el coste de la transformación, yo asumía la responsabilidad de hacer un buen trabajo.
A los pocos días ya estaba manos a la obra metido en este nuevo proyecto de restauración.
Tras unos cuantos meses de trabajo, en los que hubo que hacer muchas cosas y hubo que conseguir bastantes piezas que por su estado eran imposibles recuperar.
Se fueron ensamblando las piezas en la moto la cual ya iba cogiendo un aspecto más bonito.
Poco a poco fuimos montando todas las piezas hasta conseguir esta preciosidad de moto.